lunes, 4 de octubre de 2010

Coincidencias

Hoy me pasó algo chistoso.

Tengo tiempo de haberle platicado a mi novia que sigo un blog (www.poraquiteveo.blogspot.com), de un adulto joven regiomontano llamado Eugenio. Llegué a él como llego a casi todas las cosas, por accidente. Pero a diferencia de otros accidentes, éste lo convertí en una decisión y en algo relativamente constante. Leyéndolo de una manera asidua, empecé a conocer cosas de él y conocerlo... lo poco o mucho que se puede conocer a una persona solamente por su manera de escribir y lo que decide compartir de él por escrito.

Sé por ejemplo que escribía en Magazzine de El Norte, y por éso ha viajado y entrevistado a diferentes celebridades. Sé que estudió en el Instituto Regiomontano (donde yo también estudié). Sé que fue de los primeros niños en vivir en Colinas de San Jerónimo (donde yo vivo desde hace muchos años). Sé que estudió en la UdeM la carrera de Comunicaciones (yo no estudié éso, bendito Dios). Sé que está casado y de su esposa sé que le dicen y le dice "La Maga".

Sé que su hijo Mateo es su adoración, es travieso, ocurrente, de pelo rubio largo y ojos claros. Sé que es un papá dedicado, un esposo enamorado y que a su edad sigue teniendo muchísimas dudas sobre la vida, su destino y cómo llegar a él. Que es un regiomontano enamorado de su Ciudad pero triste por la situación actual. Que le gusta caminar, que tiene sentido del humor y que piensa demasiado las cosas.

En fin, sin haberlo visto una sola vez en mi vida, creo que lo conozco más que a muchas personas con las que se puede convivir día a día en la escuela, trabajo, etc. Ésto porque él ha decidido ser transparente, mientras que regularmente, todos evitamos divulgar inquietudes, alegrías, preocupaciones, temores SINCEROS. Llenamos nuestros minutos de conversaciones banales, chatas, sin fondo. Evitamos la verdad verdadera, por el temor a vernos expuestos y vulnerables.

Entiendo cómo hablando de uno sin un público familiarizado con el escritor se puede explorar esa sinceridad tan despreocupadamente. Es más fácil, además de que por escrito siempre es más fácil utilizar las palabras. Si no te gusta cómo salió un pensamiento, lo borras y listo. Siempre existe la posibilidad de volverlo a escribir.

Entonces hoy estaba en la Kermesse de la parroquia. Estaba con mi novia esperando a mis primos y hermanos para que bajaran de un juego mecánico. No sé qué estaba haciendo o qué estaba viendo, pero ella me dice que voltee. Me señala a un tipo barbudo, joven de pelo negro. Lo reconocí como Eugenio. Él observaba a su pequeño hijo montado en un carrito que daba vueltas una y otra vez, volteando hacia todos lados sin sonreír pero con una curiosidad notoria. El papá nada más lo veía. De repente llega su mujer, lo abraza y juntos siguen observando al pequeño.

La escena sinceramente me conmovió y me dejó pensando. Hay muchas incertidumbres en la vida, se puede y se vale dudar de todo. Pero creo que éso es algo a lo que aspiro, y si tengo éso podré considerarme feliz y satisfecho.

Obvio no me acerqué, éso hubiera sido de lo más raro e incómodo.

1 comentario:

  1. por unos momentos me senti stalker AJAJ pero se maneja un buen blog...
    deberian de seguir escribiendo ustedes

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