miércoles, 30 de diciembre de 2009

El último día del año.

El treinta y uno de diciembre de cada año brinda una oportunidad maravillosa, en términos de optimismo y esperanza, para aquellas personas que quieran y tengan la necesidad de replantearse su vida en el tiempo que les ha correspondido vivir.

Entonces los propósitos y buenos deseos planteados durante ese día para cumplirse durante el año entrante, inevitablemente se alinean con acciones encaminadas a convertir el espacio en que habitamos en algo mejor.

Y…

Se lucen los mejores vestidos del guardarropa para recibir, lo más dignamente posible, el cambio que está por suceder.

Se preparan alimentos suculentos que saciarán momentáneamente el hambre de los futuros triunfos.

El alcohol aligera los sentimientos de culpa por algo no realizado y propicia actitudes que fortalezcan los planes que vendrán.

La música suena hasta altas horas de la noche anunciando la fiesta que se prolongará durante el tiempo venidero.

Los pies bien puestos en el suelo, siguiendo el compás de la música, contrastan elegantemente con los grandes y ambiciosos ideales de los agradables bailadores.

Los abrazos sinceros no cesan a causa del sentimiento, siempre traicionero, de un pasado que nunca fue y de una nostalgia chantajista que retrase la llegada de un futuro próximo.

Ahora bien, se puede seguir felizmente, como cada año, ese conjunto de usos habituales en la ceremonia de año nuevo, sin embargo, lo que no se puede ni por unos momentos es…

Confesarse feliz sin estar conciente de la responsabilidad de las acciones cometidas durante el transcurso de la vida, o mínimo a lo largo del ciclo que recién acaba; No recordar que cada día se contempla como una nueva oportunidad; Llorar de alegría sin tener ojos para observar el entorno en que se desarrolla la vida; Aparentar algo que mañana, de una u otra manera, se descubrirá; Olvidarse del prójimo; Sacrificar la libertad; Saberse con la capacidad de amar sin, siquiera, haberse sabido amado.

Festejemos el año nuevo y no lo veamos como algo excepcional. Hagamos conciencia de lo que hay que realizar para que la vida no se nos vaya entre las manos festejando motivos falsos por los que ni siquiera hay que brindar.

Pensar que el día de hoy podemos ser mejores y necesitamos trabajar para lograrlo. No significa dejar de ver nuestros problemas… lamentablemente, en el último día del año suele ser de otro modo.

martes, 1 de diciembre de 2009

Sueño

Siendo brutalmente sincero, el sueño es algo relativo para mí.

Me encanta dormir sin embargo la mayor parte del tiempo batallo mucho para conciliar el sueño. Suena contradictorio pero no lo es tanto. Las personas que me conocen o creen conocerme basándose en mis hábitos de sueño (generalmente post-consumo de alcohol) pueden atestiguar que mis dormilonas duran más que el sugerido promedio de 8 horas por noche. Y yo sería de los primeros en aceptarlo si es que alguien me lo preguntara, sí, cuando duermo y tengo la oportunidad de hacerlo a mis anchas y con la libertad que amo, difícilmente me levantaré antes de las 12 pm.

Sin embargo, parte de la explicación de por qué rara vez me encontrarán despierto antes de esa hora cuando puedo tomarme ese tiempo es porque muchas veces mi hora de dormir se extiende hasta altas horas de la madrugada, lo necesite o no lo necesite. Sí, a veces me tengo que desvelar estudiando pero la mayor parte del tiempo lo hago perdiendo el tiempo (que es otro tema completamente). Entonces yo considero que mi organismo solamente busca compensar las horas necesarias y el estrés de más al que lo someto provoca que duerma MÁS de lo normalmente necesario.

Podría enfocarme en por qué me gusta tanto esta vida o manera de vivirla (porque sí me gusta más) de dormir de día y vivir de noche (como los Tucanes de Tijuana uuuuu! perdón), y probablemente se enlazaría con ese rasgo de mi caracter que estoy viendo y finalmente aceptando como parte definitiva de mí: trazos de personalidad antisocial y mi preferencia por estar solo. Pero no es el caso ahorita...

Lo que me motiva para hablar de sueños ahorita es un sueño raro que tuve el sábado, y que a pesar de las diferencias, creo yo que es MI sueño recurrente porque el tema central lo he soñado al menos 5 veces en los últimos 2 años.

Como todo sueño, si no lo escribes inmediatamente después de haberte despertado irremediablemente terminará perdiéndose en el océano de la creatividad y la imaginación para (¿nunca?) resurgir... y yo no lo escribí así que recuerdo detalles aislados pero MÁS de los que normalmente recordaría.

Para empezar, estaba viviendo en otra casa sólo. No era en sí una casa, era más un cuchitril con una cama grande y un desmadre en todo la habitación. Nunca me he quedado en una habitación así, ni en un "complejo habitacional" así pero creo que si tuviera que hacerlo ahorita con mis bastante limitados recursos financieros sería algo así. Ése es un detalle del cual me acuerdo.

Otro detalle es que en mi sueño la existencia de mi novia de la vida real no se mencionó en ningún momento, pero tengo la leve impresión post-sueño de que durante el mismo yo estaba consciente de su existencia y del compromiso establecido con ella PERO jamás pensé en ella ni la busqué ni hablé de ella. ¿Que por qué pienso que sí sabía de ella? A éso voy...

El 2° detalle más impresionante de mi sueño y más vívido es el de la existencia de una niña/muchacha/mujer. A estas alturas del partido creo yo que cuando hable de cualquier integrante del género femenino ya son pendejadas no decirles mujeres PERO no me siento de mi edad ja. La mujer era rubia, delgada, petite. Sus rasgos faciales no los recuerdo ni los puedo describir pero sí recuerdo que era hermosa. Y que ella estaba totalmente enamorada de mí por razones incomprensibles para mí en este momento. Podría inventar una historia de cómo la conquisté, o algún detalle o algo que ella vio en mí pero sería buscar rellenar el hueco con ilusiones mías. Y mi teoría durante el sueño creo que se aproximaría más a la que ahorita tengo.

También era incomprensible para mí durante el mismo porque pasaba algo que generalmente me genera repulsión y deseos de huida en la vida real mientras que en ese sueño solamente provocaba en mí asombro y ganas de no cambiar nada para no poner en riesgo la situación: ella estaba ENAMORADA de mí, total, completa y perdidamente.

En el plano de lo sexual todo permaneció en idílico (debo admitir, con deseos de mi subconsciente de pasar a un plano más experimental ja ups), a pesar de ciertos innuendos que no eran tan sordeados de su parte (de ésto sí me acuerdo... dormimos juntos, pero o me cargaba una tremenda borrachera o estaba exhausto porque esa noche no pasó nada. Pero la recuerdo abrazada de mi, desnuda y al día siguiente encontrarme solo, desconcertado y arrepentido en la cama encontrando en el "buró" una nota totalmente linda de su parte prometiendo que al día siguiente seríamos recompensados por esa noche de abstinencia). Y lo que me atraía de ella, además de su aparente hermosura, era un aura de rebeldía y de libertad que todavía percibo de ese ser inexistente, al menos en el mundo real.

Y presiento que sí estaba consciente en el sueño de tener novia porque durante todo el sueño no me abandonó nunca la sensación de estarme escondiendo, de estar haciendo algo que no debería hacer, de estar traicionando a alguien. No estoy 100% seguro que a ella, pero si tuviera que apostar ahí iría mi dinero.

Ahora bien, mi sueño recurrente no es de una rubia y hermosa musa que me lleva hacia caminos desconocidos por las rutas más improbables. Ésa parte del sueño es la nueva y diferente.

Lo que pasó después y que no recuerdó absolutamente ningún preámbulo para lo mismo es lo que he soñado en varias (demasiadas) ocasiones ya. Poco a poco, voy sintiendo como uno de mis dientes se afloja... y se cae. Y el siguiente... y el siguiente... y el siguiente... mientras mi boca se llena de sangre y yo, en un trance de desesperación y miedo extremo, busco una explicación lógica para lo que me está pasando pensando cómo voy a arreglar mi boca, cómo voy a comer, con quién puedo ir para que me ayude, si pareceré rapero con una dentadura de plata/oro/aluminio y más importante aún, cuánto me va a costar arreglarme y luego ser aceptado por alguien más con esa boca/parrilla de asador nueva.

Juego un poco con la situación pero todas las veces que he soñado ésto siento que es algo tan vívido, tan real que no me doy cuenta de que estoy en un sueño, cuando despierto estoy sudando y con el corazón palpitando acelerado dentro de mi pecho e inmediatamente empiezo a revisar cada uno de mis dientes con la lengua para asegurarme de que sí, solamente se trataba de un sueño.

No tengo la menor idea de qué significa, recuerdo que una de esas veces lo busqué y algo entendí que tal vez significa ganar/perder dinero o que alguien cercano vivirá/morirá. Algo de ganancias y pérdidas. Pero lo dudo. No sé qué chingados me quiere decir mi subconciente, pero preferiría que se evitara asustarme de esta manera en lo futuro.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

La excepción

Ya no lloverá en septiembre ni celebraremos pascua en abril. Ya no habrá más guerras en Oriente tampoco historias con final feliz.

Más de ocho serán los meses que me esfuerce en una relación. No habrá promesas definitivas ni mucho menos serenatas al balcón.

Dejarán de existir prostitutas de oficio y solamente serán por vocación, los licores estarán en oferta y todo el día sonará en la radio buen rock and roll.

Existirá un gobernante que se empeñe en servir a su pueblo y no lo intente destruir. Una sociedad preocupada por el libre ejercicio del diario vivir.

La izquierda y la derecha un debate serio podrán concluir, mientras liberales de biblioteca saldrán a las calles a combatir.

Tendremos una utopía que el día de mañana será realidad… en donde podamos soñar.

Prescindiremos de dioses que se limiten a una religión, apóstoles que busquen ver para creer y magdalenas que se lamenten por disfrutar una noche de sexo hasta el amanecer.

Recorridos sin un cierto final, heridas que habrán de sanar y promesas que algún día se cumplirán.

Verbos que se conjuguen en plural, alientos utópicos que alguien inspirará y un espacio infinito en tiempo eterno para aprovechar.

Los conceptos dejaran de encarcelar y los diccionarios irremediablemente se venderán. Libros viejos se desempolvaran a causa de los poemas que tarde o temprano se escribirán.

No tendrán cupo escritos baratos que busquen aparentar o falsas humildades que traten de engañar a esos verdaderos maestros que nos muestran la verdad.

La excepción será una constante y no solamente una en un millón. La excepción será la vida y la rutina, un intento desesperado de improvisación.

Estar, de veras, presente en un lugar y momento dado no quiere decir, simplemente, estar y permanecer ahí. Hay que esforzarse y percatarse de lo que se presencia… escribe un filósofo catalán; Ser conscientes de nuestro presente, ser excepciones en nuestro presente.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Y volver, volver

La nostalgia es enfermiza. Difícilmente tiempos pasados siempre fueron mejores, sin embargo nos pasamos la vida idealizando cada etapa por la que ya pasamos, los amigos que alguna vez tuvimos, los amores platónicos que jamás ocurrieron y aquéllos que sí ocurrieron pero terminamos por derrumbar o permitir su caída. Esta nostalgia aplica en muchísimos aspectos de la vida, pero voy a enfocarme en el amor de pareja, en sus dos variantes ya mencionadas.

La menos interesante para mí es la de aquéllos amores que tuvieron oportunidad de ser. Es difícil y no es el propósito ahorita descifrar el amor, puesto que está rodeado de circunstancias que lo hacen diferente, pero a la vez, ordinario; más importante aún, es demasiado complejo y sería demasiado extenso. Cuando uno llega a querer/encariñarse/amar a una persona, cuesta trabajo la separación porque se caen como castillos en el aire los planes a futuro y los sueños de una vida juntos. No niego que después de experiencias semejantes (nótese el plural) llegué a pensar que jamás encontraría a alguien igual. Y hay gente que guarda dentro de su corazón el arrepentimiento y el rencor con la vida por haber tenido a alguien ideal y permitir que huya de su vida, sin llegar a perdonarse los posibles errores cometidos que alejaron a esa musa.

Sin embargo, el tiempo y mis circunstancias me llevaron a darme cuenta de que definitivamente sanan las heridas, si uno permite que cicatricen y quiere levantarse del suelo. Y me di cuenta que cada una de esas parejas estables que se alejaron o alejé, fue porque no eramos tan compatibles como lo llegué a pensar. Cuando pasa el lógico resentimiento y rencor, uno perdona y se perdona a sí mismo por los errores cometidos y da la vuelta a la hoja, simplemente porque no es posible vivir así mucho tiempo. Creo yo que la mayoría de las personas emocionalmente saludables (y yo) pasan por esta secuencia de sentimientos.

A diferencia de estos últimos, los romances que no florecen a pesar de nuestra voluntad, son libros incompletos de los cuales solo llegamos a leer el preludio y quedamos ansiosos de más. No sabemos si la persona que no nos correspondió era compatible, si era una psicópata, si era demasiado cursi, obsesiva, celosa, cariñosa, amable, detallista. Nos quedamos con la terrible incógnita que da vida a un mundo de posibilidades no exploradas. No digo que me pase la vida arrepintiéndome o martirizándome por esos “tropiezos”, pero sí reconozco que años después he pensado simplemente… “¿y si hubiera…?” Mujeres diferentes, con diferentes sueños, ambiciones, obsesiones, preocupaciones… hasta (bendito Dios) físicamente diferentes entre sí que pasaron de largo permitiendo sólo un vistazo a ese misterio tan atractivo que es una mujer. Tan diferente y tan igual una de la otra.

Si hay algo a lo que apuesto que cada hombre y cada mujer alguna vez en su vida llega a extrañar, es ese sendero verde lleno de vida y de sol que alcanzaste a vislumbrar pero no caminar por él y se convierte en un amor declarado muerto desde antes de nacer.

lunes, 19 de octubre de 2009

Por lo menos intentémoslo

La Academia define la palabra Hermenéutica como: “El arte de interpretar textos y especialmente el de interpretar los textos sagrado.” Si echamos mano del tiempo encontraremos que dicha palabra proviene del latín interpretatio, del verbo interpretor, que significa: “servir de intermediario”, venir en ayuda de; y en este último sentido, por extensión, “explicar”.

Cuando menos lo pienso me doy cuenta que yo al igual que muchos de mis semejantes ignoramos que no hay un sólo momento en el que no interpretemos; todos los días de nuestra vida estamos condenados a explicar o declarar el sentido de lo que somos parte. Y de qué somos parte sino de algo como el universo, y como el universo, muy pocas cosas.

Ahora bien, ¿Bastará dicho concepto para vislumbrar los alcances de la palabra en cuestión? Sin lugar a dudas, lo vasto que puede llegar a contemplarse la actividad de explicar o declarar el sentido de algo es inimaginable, de ahí entonces que sea primordial afirmar que no es interpretar.

Interpretar no es: Crearse una concepción del mundo adecuada a nuestros pensamientos, tratar de entender a nuestra conveniencia determinada situación, leer entre líneas, ir a un diccionario para tratar de desmenuzar concepto por concepto, dentro de algo específico, y de esa manera realizar la suma de las partes y entender el todo.

Interpretar se relaciona con lo esencial, que a la vez es lo más sencillo, por lo menos en apariencia.

Dentro del proceso de la interpretación existe una corresponsabilidad, o bien una responsabilidad entre los involucrados. Me es pertinente citar uno de los párrafos más lindos escritos por Octavio Paz dentro de su laberinto de la soledad para reafirmar lo recién plasmado… “El primer deber del escritor, nos dice, estriba en la fidelidad al lenguaje. El escritor es un hombre que no tiene más instrumentos que las palabras. A diferencia de los útiles del artesano, del pintor o del músico, las palabras están henchidas de significaciones ambiguas y hasta contrarias. Usarla quiere decir esclarecerlas, purificarlas, hacerlas de verdad instrumentos de nuestro pensar y no máscaras y aproximaciones. Escribir significa una profesión de fe y una actitud de fe que trasciende al retórico y al gramático”

Interpretar evoca un proceso intelectual en dónde se vierte nuestra vida misma, desde el momento en que crecemos entre palabras, nos condenamos a hacer de esas palabras instrumentos que nos atrapan y pueden llegar a hacernos prisioneros, lo primero entonces es salir de su jaula. Leer es leernos frente a las palabras, añade Reyes-Heroles.

Vayamos entonces poco a poquito compartiendo responsabilidades y asumiendo las mismas, esclareciendo, perdonando y perdonándonos, liberando y amando a nuestros semejantes. O por lo menos intentémoslo…

Adendo: Agradezco a uno de mis mejores amigos por acompañarme a iniciar (una vez más) uno de nuestros tantos proyectos.

lunes, 12 de octubre de 2009

Comienzos

Hablar de comienzos es hablar de algo conocido por muchos pero pocas veces comprendido en toda su magnitud, porque es hablar de finales también y de nuestros esfuerzos desmedidos por postergarlos indefinidamente. Parecería algo dicho por Yogi Berra por lo simplón y obvio, pero para que algo comience otra cosa debe de terminar. Y viceversa.
Que la vida es una serie de ciclos repetitivos es algo obvio. Y sin embargo, también nos negamos a aceptarlo al 100% porque queremos creer que a pesar de que todo sea igual, nuestra vida es completamente diferente a la de los demás.
Y sin embargo, algo tienen de romántico los inicios que siempre los buscamos. Un comienzo es borrón y cuenta nueva. Todo lo regado, lo cagado, lo reído, lo vivido… se queda en lo más recóndito de nuestro ser y solamente ahí. Como ya dije, siempre habrá inicios y finales formando parte de un mismo círculo, y sin embargo, para nosotros tienen gran trascendencia porque son nuevas oportunidades.
Si vas a empezar una relación amorosa, en esta ocasión podrás evitar los errores de antes, el entregarte por completo, el no entregarte lo suficiente, la falta de detalles, la abundancia de los mismos, la inmadurez, la frialdad.
Si vas a cambiarte de carrera, ahora sí será el momento para cambiar tus actitudes de estudio. Aplicarte en las tareas, poner atención en clase, tomar notas, ser participativo, hacer más de lo esperado. O al contrario, disfrutar los beneficios de una vida de preparación académica sin el lastre de la responsabilidad de ganarse el pan con el sudor de la frente. Llegar tarde a clase, llegar borracho, estudiar un día antes del examen, copiarse las tareas, cotorrearse a las chavitas de nuevo ingreso, o tomarse un puente de asueto nomás porque sí.
Si te gusta el deporte en general, una temporada nueva es comenzar de cero y no se cobra por soñar. No importa que el año pasado el equipo de tu preferencia haya sido el peor de la liga… éste puede ser el año, ¿por qué no?
¿Quién no ha soñado con irse a vivir a otro lado en el que seas un desconocido y puedas rehacer tu vida? Atreverse a cambiar la personalidad y la identidad de uno mismo en tu ciudad requiere de mucho esfuerzo y algo de valentía. No es garantía de que sucederá si al fin llega ese cambio de ciudad, de país, de ambiente… pero está la bendita posibilidad que es lo atractivo de irse. Cambiar el entorno para cambiarse a sí mismo.
Y sí, en ocasiones hay sorpresas. Pero generalmente, ocurre lo que generalmente (valga la rebuznancia) ha ocurrido. El enamorado torpe seguirá siendo torpe, el gañán va a ser aprovechado, el burro no se va a esforzar, el estudioso/nerd va a ser enfocando todas sus energías en el estudio, y los Tigres y los Rayados difícilmente saldrán campeones este año.
Y algo que es muy difícil de cambiar es la propia esencia, simple y sencillamente por el miedo a desconocernos.
¿A qué viene todo esto? A que éste es el primer “post” de un nuevo blog. Hace muchos años empecé con esta modita aunque nunca ha sido algo de éxito notorio por diferentes circunstancias. Dejé de escribir porque vi en lo que se había convertido mi antiguo blog y lo convertí en algo ocasional y mucho más privado. No soy fanático de escribir ni de contar mis sentimientos ya, por éso pretendo que este blog no se convierta en un diario, ni en un paño de lágrimas, ni en un costal donde descargar mis corajes. Sin embargo, con mis antecedentes…
Esperemos que no ocurra lo que generalmente ha ocurrido.
Bienvenidos.