domingo, 15 de agosto de 2010

Intermitencias

Ésto tiene toda la finta de haber sido uno más de mis proyectos. Inconcluso, lleno de esperanzas (no tan grandes, pero algunas) de ser algo divertido, chido, constante. Son bonitas las cosas que cuando te alejas, sabes que ahí estarán esperándote. Son constantes que te dan cierta tranquilidad y gusto de que todo puede cambiar, pero ÉSO ahí va a estar. En las buenas y en las malas y en las peores.

Son poquísimas las constantes que existen en mi vida. Algunos amigos a lo mejor, pero éso de las amistades no sé si esté sobrevaluado o demasiado idealizado. Sé perfectamente bien, y no descubrí el hilo negro, que las amistades se pierden de una manera estúpidamente fácil. No es nada difícil. Supongo que todos somos así, pero es asombrosa la manera en la que olvidamos una historia de años por un momento, por un descuido, por un error. Otra vez, el fijarnos en el punto negro en la enorme hoja blanca. Entonces vivo consciente de que a lo mejor, esa persona que ahorita está a mi lado, en un futuro no estará. Es frustrante y éso medio me empuja a no volcarme tanto en una relación por el tiempo de caducidad no escrito. Por éso, tengo pocos amigos y muchos conocidos.

Constantes que me aturden son la música, el cine, los libros, todo éso. En el sentido de que difícilmente se van a acabar esas cosas. Mientras haya humanos, o seres pensantes vamos para no ser tan antropocéntrico, existirá la música para aquéllos seres que sienten la vida en acordes, cine para los que se concentran en lo que entra por los ojos, y los libros para los que creemos que tenemos algo nuevo qué decir sobre algo que ya ha sido abordado millones de veces por otras mentes. A lo mejor más capaces que la del escribiente actual. Probablemente.

Pero dentro de esa perenne existencia, a mí hay cosas que me alejan un poco. Y más en los tiempos modernos del Internet y el nuevo Renacimiento en el que APARENTEMENTE, abundan los Da Vincis que todo saben y todo conocen. Siempre hay un nuevo grupo, con varios cds en el morral y la posibilidad de canciones buenas. Para encontrar LA canción de ese grupo, tienes que escucharlas todas para darle una justa oportunidad a las restantes. O esperar que la opinión del crítico de música concuerde con la tuya, o ajustarte a su estándar de qué es bueno y qué es malo. Y difícilmente escucharemos en las notas el esfuerzo de esa banda, la intención de crear, de decir algo nuevo, de tocar algo diferente, de ser los nuevos Beatles, o Rolling Stones, o Metallica, o el nuevo Panda si ya está muy jodido. Pero casi seguro esas intenciones existen, en mi mundo idealista no existen rockeros vendidos, al menos no de inicio y menos en condiciones semipobres. Es la esperanza de hacerla en grande, de ser escuchados, de tener sus 15 minutitos de fama lo que los impulsa. Y las viejas que vienen por añadidura, pero está de más éso.

Vamos, que la música no se hace sola. Entonces, lo justo es que si escuchas a una banda, escuches a las restantes. En inglés, en español, en italiano, en japonés si uno estuviera dispuesto a hacerlo. Y cada grupo tiene sus canciones escritas, hablando de amor, de desamor, de amistad, de fiesta, de lo que sea. Unas profundas, otras no. Unas buenas, otras malas, otras regulares, otras quién sabe. Pero hay que escucharlas. O nuevamente, depositar nuestra confianza en otra persona que es un supuesto "experto" en esas cosas, o que fríamente, le pagan por escuchar todo el día música de todos los lugares posibles, y se ha formado un "criterio" para juzgar.

Todo ésto que acabo de escribir y pensar, se aplica en cualquier campo de la creación artística. Y es bien frustrante querer saber todo, querer hacer todo, y saber que a final de cuentas, sin importar cuánto esfuerzo realices... jamás podrás cumplirlo.

Algunas personas no le dan importancia a éso y piensan: no importa, mientras escuche lo más posible estaré cumpliendo mi deseo. A mi, me paraliza y me frustra el pensar (y saber) que probablemente dejaré de lado al nuevo Mozart, al nuevo Verne, al nuevo Buñuel. O cámbienlos por sus artistas predilectos.

Vivimos en una sobrecarga de información, con demasiado material por digerir. En este caso, la constante es tan abrumadora que me llena de inquietud y de ansiedad.

Al chile.

No hay comentarios:

Publicar un comentario